Este es un artículo publicado en la revista
Estudio, no 3, Lisboa, Portugal.
Mihaela
Radulescu (2011) : “El otro Herbert Rodriguez”, en Estúdio 3. Centro de
Investigacao & Estudos en Belas-Artes, Facultad de Belas-Artes Universidade
de Lisboa (ISSN 1647-6158). Lisboa, Portugal.
Herbert Rodríguez ( Lima, 1959) es conocido en
el Perú por ser un importante activista
cultural , desde los 80 hasta ahora, y
un artista visual que abrió nuevos horizontes a la vanguardia en el Perú,
incorporando a la manifestación artística el sentido de la conciencia y del rescate de la memoria a través de
exposiciones temáticas, murales, instalaciones, intervención de espacios
públicos, proyectos comprometidos con la realidad peruana. Pero esta es sólo una
dimensión, la más conocida, de su obra. Hay una segunda dimensión, que recorre
las últimas 3 décadas, que este artículo
pretende rescatar y enfatizar: su obra pictórica sobre soportes diversos, que
pone de manifiesto una visión telúrica, de gran fuerza visual, en la cual
convergen las figuras míticas del Perú precolombino y las experiencias de la
estética del primitivismo, con los rasgos existenciales que ésta convocaba. No
faltan huellas del arte graffiti, por ejemplo, pero lo que fluye como una gran corriente
a través de los tantos rostros crispados es una explosión de vitalidad, unida profundamente al dramatismo del ser. En
totems , máscaras , objetos , pinturas,
dibujos, murales, estas representaciones del ser conjugan lo sagrado y lo profano para manifestarse
como una dimensión transversal de la condición humana, desde la perspectiva de
un artista que encontró la manera de autorreferrencializarse a través de ellas.
Herbert Rodríguez (década 2000), Máscaras.
Pintura digital.
El arte, en la visión del Herbert
Rodríguez
Para HR el proceso artístico no tiene como
finalidad la producción de un objeto
autónomo y separado de la dinámica de lo real,
sino - todo lo contrario - debe relacionarse intencional y explícitamente con
lo social y lo político, para criticar y
reformula nociones que son parte de estas esferas. Su visión queda ampliamente
demostrada por sus proyectos y prácticas artísticas centradas en la generación
de valores simbólicos – verdad, justicia, derechos, memoria, identidad - destinados a intervenir en la memoria
colectiva para reforzar la conciencia de sí como ser social. Queda demostrada
también por su intervención constante
como activista cultural que
asigna al arte un rol social activo, promotor de cambios. HR postula para el
arte contemporáneo un estatus que supera la satisfacción estética como
propósito, para valorar su capacidad
formativa, a través de la generación de conocimiento: arte crítico, que conlleva el análisis de la
realidad basado en la interpretación de
las necesidades de las personas.
Su enfoque se generó en la confluencia de la
realidad nacional y la reconsideración del estatus del arte a nivel global. La
realidad nacional convulsionada de los 70, 80 y 90, planteó ante los artistas
la necesidad de representarla, con recursos propios de la cultura peruana, con
el fin de hacer pensar y actuar, tomando distancia de los modelos externos. No
todos reaccionaron en este sentido. HR lo hizo, desde 1981 con el colectivo EPS
Huayco, hasta ahora.
Herbert Rodríguez ( década de los 80). Afiches.
Por otro lado, el estado de autoreflexión del
arte contemporáneo, propuesto por Danto (Danto, 1999) para caracterizar lo que
el llama el tercer momento del arte ( donde todo puede ser arte pero no todo es
arte), junto con la condición difusa de los limites expresivos y la
heterogeneidad constituyente de la obra expuesta enfáticamente, llamó la atención sobre la enunciación
enunciada como cuadro fundacional de la comunicación artística, es decir sobre
el proceso artístico como receptor de los signos de la realidad, llevando
adelante una intención comunicativa, cuyo mensaje no se limita al resultado –
pintura, objeto, instalación, performance – sino obliga al observador a pensar
en sus referentes. En consecuencia, las representaciones artísticas se deben
actualmente a las luchas simbólicas concretas que recorren los contextos, más
no a la naturaleza de las cosas ( Bourdieu, 2003), lo que asigna al arte un
carácter de representación intencionalmente local. Este carácter, en la
perspectiva de la abolición de las
jerarquías y la liberación de los
sistemas de valores y receptividad en la cultura actual (Rancière, 2005) le
ofrece al artista contemporáneo el escenario para una creación discursiva,
atenta a las características de su sociedad y libre de obligaciones normativas en cuanto a la
expresión artística se refiere.
Crear para comunicar
La obra de HR es recorrida por una dimensión
comunicativa esencial: intervenir en la
memoria colectiva con obras – discurso, que se significan a través de una percepción
lúdica, lo que permite de - estructurar y re – estructurar las representaciones
de una comunidad a manera de juego simbólico, invitando al observador a
participar en la fiesta de los sentidos y tomar actitud. El resultado es un arte discursivo irreverente e trasgresor, cuyo recurso corriente es la hibridación convertida
en procedimento fundacional tanto conceptual como expresivo, que actúa a través
de operaciones enunciativas como la
intertextualidad, la ironía, de re – contextualización, la apropiación del
espacio público, la mezcla de géneros, la disolución de las fronteras entre
información y expresión, la infracción a las reglas académicas, la
interdisciplinariedad.
Herbert Rodríguez ( 1989), Murales contra Sendero.
Discursos y
enfoques
Aunque HR es
conocido básicamente por sus proyectos artísticos y culturales con mensaje
social y político, el objetivo de esta investigación es rescatar aquella línea
de creación pictórica que aborda la representación simbólica del ser humano.
Efectivamente, el arte de HR se define por un lado en un escenario local , sustentado en un enfoque sociológico
del arte, y por otro en un escenario global, sustentado en enfoque antropocéntrico ( psicológico y
antropológico ). En la obra que se construye en una perspectiva básicamente
sociológica, prevalece el discurso sobre la
integración / desintegración social de los peruanos ; en la obra que
incorpora valores antropocéntricos, el
discurso se centra en la condición humana. ¿Cómo dialogan estas dos dimensiones
que confluyen en la creación de HR ? La primera percepción es que mantienen a lo largo de los años una
interacción de tipo “ lo público y lo privado”o “lo particular y lo universal
“. La dicotomía y la interacción gozan de la diferencia entre los soportes de
cada una de las dimensiones : pop urbano en un caso, expresionista en el
otro. La segunda, que se trata de dos
lecturas de lo vivido, complementarias, que se originan desde la misma visión ,
enfocada una en el individuo social, partícipe de estructuras y redes de la
comunidad ( el estar en el mundo ),
mientras la otra se enfoca en el individuo per se, energía emocional
mirándose en el espejo ( el ser en el
mundo).
El discurso
sociológico para la escenificación de la memoria peruana
J.F. Lyotard, en su evaluación epistemológica
en el campo de la estética ( Lyotard, 1994) postula un enfoque regional, no universal,
para abordar las cuestiones de historia, política, lenguaje, arte, sociedad. El discurso artístico con dimensión
sociológica de HR incorpora los conceptos de legitimación, poder, violencia, injusticia, corrupción,
diferencia, identidad, a través de los signos de su manifestación local. Para
ello recurre a la
escenificación de la memoria peruana, lo que implica referencias locales de contenidos y formas,
articuladas en torno a tensiones y problemas del Perú.
Jugar con las
tensiones de una realidad cultural fragmentada, desordenada y evidentemente
transitoria conduce a una legitimación desde el entre de la hibridación:
la creación se centra en su poder de articulación de lo diverso. Buscando
similitudes, es fácil evocar a Rauschenberg. El
collage funciona como
visión articulatoria fundamental, en la cual convergen sobreposiciones,
interacciones, justaposiciones, en la mayoría de los casos con una carga
ideológica fuerte. El poder, manejado desde la periferie, se transforma en un
espectáculo en el cual todo simboliza y que permite de / re-estructurar el poder oficial.
El discurso antropológico de la condición
humana
El discurso
artístico de HR que explora la condición humana pone en acción un nivel
simbólico que se traduce principalmente en el uso de la máscara,
transformando el referente en valor y creando una disposición de interpretación
en el destinatario. Lo lleva de lo práctico a lo mítico, del objeto al signo,
de la función al valor, haciendo reinar el carácter, lo sintético, la empatía,
la seducción. Pone en marcha una
retórica implicativa, de índole expresionista, al partir del carácter modelizador
de la máscara: reconstituir una realidad a partir de las características
pasionales de su interpretación. HR crea un idioma pictográfico que se extiende
de los dibujos a los murales y objetos. Los referentes estéticos son el arte
popular, el arte bruto, el arte primitivo. La composición es densa pero
dinámica, con estructuras formales basadas en la circunvolución y colores
brillantes. Buscando similitudes, podríamos pensar en Karel Appel o Corneille.
El carácter rudimentario y emblemático del ídolo prehistórico y arquetípico se
humaniza en figuras con dramatismo vehemente
y expresividad apasionada.
Herbert Rodríguez ( izquierda: 1999; derecha
2005)
En
la obra de HR hay una convergencia y una interacción central. El discurso sobre
el ser humano se hace desde “ adentro”; el discurso sobre la sociedad, desde
“afuera”. Los vínculos con el
contexto son evidentes en el segundo
caso. A un sujeto fragmentado le corresponde una realidad fragmentada. La re-
construcción del mundo a través del arte – collage conduce a una situación
anárquica o un mosaico, en continua
reestructuración. Pero el acto creativo es constructivo, incluso cuando sus
mensajes son críticos, agresivos o
destructivos. A la posible disolución del mundo, se le opone una visión organizadora, la cual articula el
mundo y legitima la práctica artística como discurso sobre la realidad. La
misma visión organizadora es patente en el segundo caso. La máscara dramática y
sus estructuras expansivas, por la composición y la invasión de los objetos y
espacios procede a una apropiación del mundo, por las fuerzas de la pulsión
vital. El mundo tiene un centro, éste es el ser humano que expande su identidad
emocional sobre las cosas. Estamos ante dos estrategias de integración: la
primera, por la articulación de los fragmentos de realidad en un discurso que
proyecta el cambio de lo existente por la voluntad y los derechos de la
comunidad; la segunda, por la apropiación del mundo por la fuerza vital del
ser. Los efectos conceptuales son diferentes pero las estrategias que
relacionan al ser y al mundo tienen un punto de partida común y un impacto
emocional parejo.
Herbert
Rodríguez (la década de los 90)
¿ Cómo
podría ser enfocado Herbert Rodríguez en la perspectiva de la cultura del pop
urbano peruano?
Mihaela
Radulescu