Los 60 son la fuente de la multiplicidad de visiones;
siguen modos de ver y vivir el mundo que ya existían, aparecen nuevos modos que
no remplazan sino se mezclan con los anteriores, los grupos construyen sus
propios universos y las culturas alternativas son cada vez más universos de sentido, estilo
y proyecto de vida. La cultura hippie
había propuesto la utopía de la reintegración humana en sus diferentes
contextos, la superación de las contradicciones y conflictos regresando a las
raíces, a las primeras articulaciones humanas en sociedades y en la
naturaleza. Había intentando resolver de
este modo, a través de un espíritu comunitario solar y confiado, la crisis que
los beats habían experimentado, como efecto de una sociedad rígida, indiferente
al individuo, obsesionada por el control. No había remplazado a los beats, que
seguirán, como un río subterráneo, que seguirá asomándose cada vez a la
superficie de la cultura oficial, cada vez que las condiciones sean propicias.
Tampoco desaparecerá, sino que experimentará una especie de disolución o
intervención en la cultura joven, donde sus signos seguirán y siguen viéndose.
Pero la crisis captada por los beats no
sólo creó las condiciones para la cultura hippie. Hubo otra solución, la
solución pop: una cultura crítica y lúdica al mismo tiempo, que construye con
ironía y gusto por lo artificial, una forma alternativa de control, que se
opone, ridiculiza y juega con el control de la cultura oficial. La cultura pop,
surgida en Inglaterra, donde la crisis de los 50 fue una crisis laboral unida a
una crisis intelectual fuerte, donde no hubo una opción real por el modelo
hippie, es una cultura que nace como un acto de toma de control. Sus rasgos más evidentes son : la crítica implícita
por una cultura oficial pobre; el juego con las reglas, las formas, los roles,
la creación de realidades; la intertextualidad, es decir el reciclaje irónico
de lo establecido, conocido, aceptado sin reservas; la fiesta de una libertad
que consiste en re-diseñarse a uno mismo y así re- diseñar una sociedad de
grupos, donde el grupo pop, privilegiado, da la espalda al drama para crear y
vivir su ficción. Es sintomático que la
figura principal del creador pop inglés de los 60 sea el fotógrafo, y los
íconos sean del mundo del espectáculo. Los fundamentos del mundo artificial, creado
para el disfrute están a la vista.
A continuación, uno de los fragmentos del libro “Jardines de Kensington”, de Rodrigo
Fresán, que nos introduce en el mundo pop de la Inglaterra de los 60:
“Personas famosas que recuerdo haber visto
durante mi infancia, en fiestas. En muchas fiestas que a la hora del recuerdo
fundo y festejo en una única fiesta inolvidable para ahorrar tiempo y espacio,
y después de todo, mejor así: máximo lujo, como en esas superproducciones
históricas donde se condensa todo un período histórico en una noche y, de
pronto, todos los que jamás se conocieron coinciden en una estancia amplia al
calor del fuego de una misma chimenea, alzando copas y derribando cuerpos y
firmando pergaminos independentistas o declaraciones de guerra.
[...] Aquí vienen:
Martin Allen (editor de Vogue, a la caza de
nuevas caras y capturando demasiadas nuevas caras, jamás han existido tantas
caras nuevas en Londres, todas al mismo tiempo, hablando y parpadeando y besando
y bebiendo y tragando: bienvenidos al safari de la Era de la Cara Nueva); Woody
Allen (en Londres filmando Casino Royale; hace chistes sobre Marcuse y Laing
que nadie comprende; alguien le pregunta en qué banda tocan esos dos, en qué
galería exponen, en qué película actúan, en qué restaurante cocinan, en qué
boutique diseñan ropa); The Animals (Eric Burdon pregunta a Bob Dylan si ya
llegó Bob Dylan: "No, no he llegado aún", le responde Bob Dylan); la
princesa Anne (a la que siempre confundí con la princesa Margaret);
Michelangelo Antonini (reparte entre los fotógrafos un obsesivo cuestionario
para preparar el personaje protagónico de su film Blow-Up con preguntas como:
"¿Se les pide a los fotógrafos de moda que realcen la naturaleza sexual de
la modelo o que solo se limiten a destacar la ropa?", "¿Suelen ser
felices sus matrimonios?", "¿Son religiosos?", "De no
serlo: ¿se trata de que no le prestan atención a nada relacionado con códigos
de ética o comportamiento o se debe a un rechazo meditado y posible de
justificar?", "¿Beben en pubs?", "¿Tienen chóferes para sus
Rolls-Royces, o prefieren conducirlos ustedes mismos?", "¿Les
preocupa la vida y la muerte?". Después, Antonini anuncia que piensa
pintar el césped del Maryon Park, donde filmará parte de la película, de color
"verde más verde"); Jane y Peter Asher (hermana y hermano); John y
Neil Aspinall (hermano y hermano; ser hermano es in; ser primo es out); Richard
Avedon (me toma una foto a los siete años donde parezco una especia de Marlon
Brando enano en The WIld One; la gorra que llevo me la prestó Ringo, es la que
usó en las secuencias tan free cinema, o tan nouvelle vague, de A Hard Day's
Night); Francis Bacon (de mal humor); Joan Baez (de peor humor); David Bailey
(a todo el que se cruza con él le repite: "Blow-Up c'est moi... Yo soy la
inspiración para el personaje del fotógrafo de la película y no Brian Duffy ni
Terrence Donovan, ¿eh?"); Chet Baker (que se cae por las escaleras, unas
escaleras muy largas y, no me pregunten cómo, acaba de pie, sonriendo; le falta
uno de sus dientes; alguien comenta la firmeza y profundidad de las líneas que
cruzan su rostro; alguien responde que "Son las marcas de alguien que se
ríe mucho"; alguien añade que "Es imposible que alguien se haya reído
tanto en la vida para quedar así"); James Graham Ballard (en silencio,
sonríe todo el tiempo, parece una réplica de un Ballard original que jamás
existió, o algo así, ya sé: suena raro y, de golpe, como activado por una
corriente eléctrica, se pone a hablar de la maldición del Porsche Silver Spyder
en el que murió James Dean: "Días antes de estrenarlo, Dean había filmado
un breve spot alertando a los jóvenes de los peligros de las carreteras y la
velocidad... Los restos del auto cayeron encima de un mecánico y le rompieron ambas
piernas; más tarde, al ser exhibida como parte de una campaña de educación vial
por el Greater Los Ángeles Safety Council, volvió a caerse de la tarima con
ruedas en la que lo transportaban y destrozó los huesos de la cadera de un
adolescente; un doctor de Beverly Hills que compró el motor y lo instaló en
otro vehículo murió conduciéndolo..."); Balthus (llega y se va casi más
temprano de lo que llegó luego de preguntar si hemos visto a su gato y, lo más
importante, si está aquí su hijo Stash de Rola [a.k.a.] Príncipe Stanislas
Klossowski de Rola y barón de Waterville, recientemente arrestado junto a Brian
Jones, su camarada de aventuras narcóticas, por posesión de cocaína, metedrina
y resina de cannabis); Brigitte Bardot (su inglés es pésimo; Paul McCartney no
deja de pedirle disculpas, en un francés bastante deficiente, por no haberla
puesto en la portada de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band: "Eres la
favorita de los cuatro, pero no sé a quién se le ocurrió poner a Diana
Dors"); Syd Barret (sin Pink Floyd y quien todavía no ha probado el ácido
lisérgico, o sí, no parece haber gran diferencia en su comportamiento); Alan
Bates (se quita la camisa con la menor excusa, sin motivo, por el solo placer
de mostrar su tórax); The Beatles (quienes al principio a un monstruo de cuatro
cabezas y más adelante a cuatro cuerpos decapitados); Cecil Beaton (parece un
mayordomo que sólo podría ser un asesino); Samuel Beckett (parece un asesino
que sólo podría ser un mayordomo); Marisa Berenson(aprendiendo a jadear); Jane
Birkin (anseñando a jadear como lo hace en "Je t'aime... moi non
plus" junto a Serge Gainsbourg); Jacqueline Bisset (aprendiendo a jadear);
Peter Blake (jadeándole a todo el que se le acerca cómo fue que se le ocurrió
"nada más que a él" la idea para la portada de Sgt. Pepper's Lonely
Hearts Club Band y que el maldito Lennon quería incluir a Adolf Hitler entre
los figurantes pero, claro, no le dejaron que se saliera con la suya); Cilla
Black (groupie paradigmática, alguna vez chica del guardarropa en The Cavern,
Liverpool, luego vendedora glam en la boutique Biba, y ahora chanteusse y
protegida de Brian Epstein y The Beatles); Dirk Bogarde (toma notas en uno de
esos tan prácticos y finos y proletarios Moleskin Notebooks; Bogarde está
disfrazado de sirviente, muy gracioso); David Bowie (con maquillaje de mimo y
ofreciendo canapés); Wilfred Brambell (el actor que interpreta al abuelo de
Paul McCartney en A Hard Day's Night; nada que ver con mi abuelo, mi abuelo es
un anciano todavía mucho más... limpio que el de Paul); Marlon Brando (su
inglés es todavía peor que el de Brigitte Bardot); Tara Browne (pocas noches
antes de morir, pero ya despidiendo esa tan curiosa como inconfundible
fosforescencia que desprenden los cuerpos de los casi cadáveres); Lenny Bruce
(hablando solo, hablando rápido); William Burroughs (recoge, recorta y
recompagina y cut up las páginas que alguien arrancó de los libros de la
biblioteca noches atrás mientras perfuma la biblioteca con un extraño tanque
fumigador y asegura que "se califica a algo de experimental cuando el
experimento salió mal"); Michael caine (intenta esquivar todo el tiempo a
Terence Stamp; están recién peleados, compartían piso y ambiciones; la cosa se
complicó cuando la modelo Jean Shrimpton se mudó con ellos; no, se mudó con
Terence, pero al piso donde también vivía Michael); Truman Capote (esa voz como
uñas sobre una pizarra cantando, toda la noche, una y otra vez, en realidad un
única vez, pero como un sampling infinito y agudo, alguna canción de The
Mikado); John Casavettes (con una filmadora portátil súper-8, pero sin
película); Cher (sin Sonny); Julie Christie (de la que me enamoré a los cinco
años, por primera vez en mi vida, creo, estoy muy seguro; y es tan raro verla
de cerca y en casa cuando uno está acostumbrado a verla inmensa y gigantesca
como una diosa olímpica y siempre en espacios abiertos, en granjas y en dachas
y en prados y en estepas); Eric Clapton (no deja de mirar de reojo a Patti
Harrison, mejor mujer de su mejor amigo; no deja de mirar a la futura Patti
Clapton y los mejores amigos son tan traicionables); Cassius Clay (grita que él
es ¡¡¡EL REY DEL MUNDO!!!; Clay lo grita en mayúsculas y con tres signos de
exclamación a cada lado del grito); Sean Connery (insoportable, su pelo se
mueve; luego supe que no era su pelo; me prometí ahí mismo que, ocurriera lo
que ocurriera; jamás me rebajaría a usar pelo falso); Jerry Cornelius (existe,
yo lo vi); Tom Courtenay (no deja de correr, solo, por los bosques de Sad Songs
que rodean Neverland); Noel Coward (me cuenta que a los catorce años fue
reclutado para ser Slightly, uno de los lost boys, en el revival de Peter Pan
de 1913-1914; y yo pensé que era mentira pero era verdad; encontré una foto
donde Coward parece disfrazado; aquí está Keiko Kai: Slightly); Quentin Crisp
(aprendiendo a jadear junto con las chicas); Peter Cuching (pregunta si alguien
ha visto a Christopher Lee); Tony Curtis (supongo que está aquí poruqe es una
de las figuras que aparece en la portada de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club
Band; Peter Blake pidió que se lo incluyera, no sé por qué); Ray Davies
("Raymond es igual que yo; sólo que él es un genio y...", sonreía mi
padre con tristeza; Davies parece trite y fuera de lugar y profundamente
irritado por absolutamente todo); Sammy Davis (Cassius Clay, esta noche ya
transformado en Muhammad Ali, lo acusa de ser un jodido esclavo negro a las
órdenes de Frank Sinatra, Dean Martin & Co.; después le dice que debería
darle vergüenza ser tuerto, judío, rengo y enano; porque los buenos negros tienen
que ser perfectos); Catherine Deneuve (imita a Marlene Dietrich); Marlene
Dietrich (imita a Catherine Deneuve y, de paso, le pregunta a Deneuve cómo es
que no aparece en la portada de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band; Deneuve
finge no entender el francés de la alemana que sí aparece en la portada de Sgt.
Pepper's Lonely Hearts Club Band); Donovan (siempre me dio lástima, mucha);
Françoise Dorléac (pocas noches antes de morir, pero ya despidiendo esa tan
curiosa como inconfundible fosforescencia que desprenden los cuerpos de los
casi cadáveres); Bob Dylan (ya te conté acerca de Bob Dylan, Keiko Kai);
Sibylla Edmonstone (me acuerdo de su nombre, no recuerdo su rostro); Magnus
Eisengrim (me acuerdo de que, para un cumpleaños de mi madre, realizó el truco
de magia de cortarle la cabeza a Sibylla Edmonstone, y tal vez sea por eso que
no recuerdo el rostro de Sibylla Edmonstone); Brian Epstein (no deja de tragar
sedantes marca Carbrital, pocas noches antes de morir, pero ya despidiendo esa
tan curiosa como inconfundible fosforescencia que desprenden los cuerpos de los
casi cadáveres); Marianne Faithfull (una vez la vi desnuda); Mia Farrow (quien
fue un espantoso Peter Pan televisivo, Hallmark Hall of Fame, NBC, 1976; el
tipo de mujer que, ni siquiera cuando eres muy joven, te interesa ver desnuda;
si la llegas a ver, sal corriendo Keiko Kai: intentará adoptarte); Federico
Fellini (le ofrece instrucciones a Terence Stamp para su próximo personaje,
como Stamp, en su próxima película, de Fellini, en un inglés un tanto
fellinesco: Terenccino... You was party. One orgía. Lotta whisky. Glu-glu-glú. Troppo hashish,
marihuana coca e fucking fucking fucking. Fringüi-frungüi tutta la night. Doppo a Roma. LSD en el avione..."); Peter Finch (cerca de este
mundanal ruido, las manos tapando sus oídos, sin entender demasiado, nada);
Albert Finney (sin camisa, Alan Bates lo ha desafiado a quitársela, Finney
parece ligeramente avergonzado); Ian Fleming (llega pensando que se trata de
una fiesta de mis abuelos, decide quedarse, ignora a Sean Connery, quien por
entonces filma su primer Bond; Fleming fallecerá antes el estreno, creo); Peter
Fonda (le dice a John Lennon que una vez estuvo muerto, que él sabe lo que es
estar muerto y que "no hay nada de que preocuparse en cuanto a ese tema");
Robert Fraser (muestra fotos de las obras de los artistas de su galería y
reparte esposas de colores; él mismo lleva una de ellas en la muñeca izquierda,
como souvenir conmemorativo de su salida de la cárcel adonde fue a parar, junto
a Mick Jagger, por una de esas típicas cuestiones narcóticas); Lucien Freud
(pregunta, un poco desesperado, si hemos visto a su perro; le contestan que no,
que todavía están buscando el gato de Balthus); Serge Gainsbourg (nunca mira a
las mujeres a los ojos, prefiere mirarles el culo y, cuando ellas le preguntan
por qué no las mira a los ojos, él les
responde: "Es que soy tan tímido que sólo me atrevo a mirarles el
culo"); Judy Garland (me besa, me abraza, me canta; no entiendo una
palabra de lo que me dice); Allen Ginsberg (quien ya por entonces me daba y
nunca dejó de darme vergüenza ajena); Glenn Gould (guantes y bufanda y gorro de
lana; dice que The Beatles "son algo totalmente secundario"; mi
padre, emocionado, lo abraza); Graham Greene (quien en A Sort of Life, una de
sus varias autobiografías mentirosas, cuenta cómo, e pequeño, iba a leer a
Kensington Gardens, y me pegunto si alguna vez habrá jugado con Barrie y
Porthos); Hugh Hefner (en pijama, igual que yo, que, en muchas de esas
ocasiones , descendía desde mi habitación y, como un polizonte, me desvelaba en
una de esas noches de aquellos días; el pijama de Hefner era de un azul claro,
el mío era de tela con estampados búlgaros o psicodélicos, comprados, siempre,
en la boutique Granny Takes a Trip o en I Was Lord Kitchener's Valet, no estoy
del todo seguro); David Hemmings (Michelangelo "Don't Call Me Signore,
Call Me Michelangelo" Antonini acaba de comunicarle que él será el
protagonista de Blow-Up y no, contrario de lo que todos piensan, Terence Stamp:
"Silence: Top Secret", le advierte); Jimi Hendrix (el más
descaradamente inimitable en esos tiempos en que todos imitaban a todos poruqe
bueno, Hendrix era negro, era difícil de imitar; aunque Hendrix era más fácil
de imitar que Sammy Davis Jr., supongo); Audrey Hepburn (ha venido con John
Cukor, conversan sobre la posibilidad de hacer juntos un Peter Pan que no se
filmará nunca; Audrey Hepburn en el papel protagónico, sus ojos tan grandes
como bocas, tal vez hubiera sido el mejor Peter Pan de todos, pensé entonces y lo
sigo pensando ahora); David Hockney (pregunta por las bondades del clima de
California); Michael Hollingshead (quien ha llegado a Londres con dos mil dosis
de LSD impostadas legalmente de un laboratorio gubernamental de Praga dentro de
un frasco de mayonesa, "El jarabe favorito de Aldous Huxley; el viejo se
fue al otro lado de la puerta después de recibir por última vez estos
visionarios y santos óleos y aleluya", explica); Dennis Hopper (le pide
píldoras a Brian Epstein y le dice a Lennon que él nunca va a saber lo que es
estar muerto, como el imbécil de Peter Fonda); Brian Jones (sin The Rolling
Stones); Danny Kaye (nunca me pareció gracioso; no hay nada menos gracioso que
alguien desesperado por parecer gracioso); la party girl Christine Keeler (y su
socia Mandy Rice-Davies, siempre con sus rostros transfigurados por el eco de
un pasado orgasmo que conectará con el sonido de su próximo orgasmo; sin
embargo, ellas no jadean, no les interesa lo que quiere enseñarles Jane Birkin:
ya saben jadear a la perfección); los hermanos Kray (gángstes gemelos,
peligrosos de moda; una noche vi y, lo más perturbador de todo, oí como le
rompían las piernas a un bon vivant que les debía algo: se lo llevaron detrás
de unos arbustos de Neverland, y después, enseguida, ese sonido; después
salieron los dos sonriendo sonrisas siamesas y arreglándose mutuamente las
corbatas); Jiddu Krishnamutri (me regala un mantra y después, arrepentido, me
exige que se lo devuelva); Stanley Kubrick (el mejor de todos, viene acompañado
por un gigantesco mono que, descubro, es un hombre disfrazado de antropoide o
algo así; Kubrick se arrodilla y me sonríe y me pregunta si creo en la
existencia de vida inteligente en otros planetas; le pregunto en cuál de ellos:
¿En la Tierra o en el que vivo yo?); Philip Larkin
(pensando-diciendo-escribiendo-recitando aquello de "Never such innocence
again"); Peter Lawford (una especie de sonámbulo programado para
pronunciar el apellido Kennedy y el apellido Sinatra por lo menos una vez por
minuto); Timothy Leary (en órbita, flotando, mirable triptu, reparte terrones
de azúcar en los que deja caer la bendición de una gota de "elixir
espiritual"); Christopher Lee (pregunta si alguien ha visto a Peter
Cushing); Sonny Liston (apenas dos minutos y KO frente a Clay Ali); David
Litvinoff (gurú del demi-monde de Chelsea; James Fox le pide consejos para su
personaje de Performance; "Ah, vamos al baño Foxie... Tengo algo para que
pruebes", le responde Litvinoff); Joseph Losey (preocupado por el
inminente fracaso de su Modesty Blaise); Magic Alex (nacido Yannis Alexis
Mardas, reparador de televisores y genio en residencia de Apple Electronics a
costa de las cada vez más caóticas finanzas de sus cuatro jefes; un estafador
delirante empeñado en la fabricación de empapelado que sonara en stereo y la
construcción de una casa flotante y comunal en la isla griega de Leslo para que
The Beatles pudieran vivir allí con sus familias y, quién sabe, tal vez el
proyecto robinsoniano haya sido descartado luego de lo que les ocurrió a mis
padres en alta mar o de haber visto algún revival de The Admirable Crichton);
la Princesa Margaret (a la que siempre confundí con la Princesa Anne); Dean
Martin (mira a The Rolling Stones y comenta con sonrisa siempre apoyada en un
martini: "No es que tengan el pelo largo; es que sus frentes son muy
estrechas y sus cejas muy peludas", y agrega "Que alguien me traiga
otro Dean Martini"); Joe Meek (productor musical de comportamiento cada
vez más bizzarro, creador en 1962 del exitoso instrumental single/sci-fi
"Telstar" —guitarra eléctrica y sonido de un wáter— y de I Hear a New
World —el primer primer álbum conceptual-electrónico— y célebre por descubrir
la formidable acústica de lo baños con azulejos a la hora de grabar una buena
voz; aquí está, pocas noches antes de morir, pero ya despidiendo esa tan
curiosa como inconfundible fosforescencia que desprenden los cuerpos de los
casi cadáveres; pensando en que no estaría mal volver a casa, volarle la cabeza
de un disparo a su casera y después volarse su propia cabeza, de ser posible,
en el baño, para "ver cómo suena", para que sea más fácil limpiar
toda esa sangre; y primero lo piensa y enseguida lo hace); Paul Morrisey (brazo
derecho y hemisferio izquierdo de Andy Warhol; mira alrededor y hace una mueca
y dice "No puedo entender por qué todos ustedes no dejan de repetir eso de
'estoy experimentando con drogas'. Con lo que están experimentando es con la
mala salud. Ahora que los científicos han conseguido erradicar la polio y la
viruela y todas esas enfermedades infantiles, lo que hacen ustedes es drogarse
nada más para ver cómo era eso de estar enfermo"); V.S. Naipaul (¿qué hace
aquí?, supongo que no ha podido sacudirse el vicio de los tiempos en que
escribía para el noticiero caribeño de la BBC y lo enviaban a territorios
extraño de Londres en busca de "color local"; de ser así, Naipaul no
ha perdido en su rostro ese rictus —un
poco de asco, un poco de placer— del que abre un tajo en la materia orgánica
justo antes de que comience a pudrirse y mira ahí dentro cómo se inventan a sí
mismos los gusanos); Nico (no confundir con Nico Llewelyn-Davies, hijo de
Arthur y Sylvia; se trata de Christa ""Nico"Paffgen, la
chanteuse impuesta por Warhol a The Velvet Underground; falta mucho para que
muera en un accidente de bicicleta en España, no tiene aún esa tan curiosa como
inconfundible fosforescencia, pero casi no se nota la diferencia); Rudolf
Nureyev (baila, y lo cierto es que lo suyo no me impresiona más que lo que hizo
Chet Baker); Claes Oldenburg (a quien mi madre le encarga algo pequeño); Yoko
Ono (a quien mi madre no le encarga nada); un puñado de jóvenes Ladies y Lords
con el apellido Ormsby-Gore (aristócratas que disfrutan ascendiendo a los
infierno de los malditos, ex compañeros de escuela privada de mis padres, que
al salir el sol regresan, como vampiros que sólo beben sangre azul, a los
dormitorios abovedados de los castillos paternos); Andrew Loog Oldham (PR man
de The Rolling Stones, poseído y profético, augurando que en el futuro "se
discutirá acerca de si los '60 empezaron en el '67 o terminaron mucho antes,
cuando The Beatles fueron a América", usa los dedos se ambas manos para
enumerar a cuántos inocentes peatones del Soho ha atropellado últimamente con
su nuevo "Jag"); Joe Orton (quien, pocas noches antes de morir, pero
ya despidiendo esa tan curiosa como inconfundible fosforescencia que desprenden
los cuerpos de los casi cadáveres, arranca páginas de libros y les pega fotos
encima, las páginas que noches más tarde encontrará William Burroughs); Peter
O'Toole (que, ¿milagro?, como de costumbre, rompe en llanto sin por eso dejar
de sonreír y me explica por qué hay que chocar las copas cuando se brinda: me
dice, con una lacrimosa sonrisa, que en el acto de beber se encuentran
implicados todos los sentidos —la vista,
el tacto, el gusto, el olfato— menos el oído; y que por eso hay que provocar
ese ¡drink! cristalino, para que todo sea perfecto); Jimmy Page (session man de
luxe, aún sin Led Zeppelin, ejecuta complejos pases mágicos y negros sobre la
negra cabeza de Hendrix sin que Hendrix se dé por enterado); Anita Pallenberg
(desnuda, también); Pier Paolo Pasolini (le ofrece instrucciones a Terence
Stamp para su próximo personaje, Terence haciendo de Stamp, en su próxima
película, de Pasolini, en un inglés un tanto pasoliniano: "He's a
boy" y "Open your legs all the time", eso es todo, no hace falta
más); D. A. Pennbaker (con cámara portátil pero, a deiferencia de Cassavetes,
con película adentro); Pink Floyd (sin Syd Barret y sin David Gilmour; todavía
se llaman The Abdabs) Alexander Plunket-Greene (marido de Mary Quant, traje
impecable pero sin camisa, la corbata y los botones pintados en su pecho
desnudo); Roman Polanski (le pide por favor a Vidal Sassoon que viaje a New
York para cortarlo el pelo a Mia Farrow en Rosemary's Baby) Elvis Presley (no
estoy seguro de si era Elvis Presley; no recuerdo si era un Elvis Flaco o un
Elvis Gordo: en cualquier caso, alguien que era idéntico a esos dos Elvis
Presleys); Mary Quant (señalando hasta dónde piensa subir el ruedo de su próxima
generación de minifaldas y lanzando una carcajada cuando alguien le comenta
que, según fuentes policiales, los índices de violación de mujeres en la ciudad
de Londres habían aumentado en un 90% desde que las mujeres se paseaban por ahí
con los muslos al aire); Oliver Reed (sin camisa, pero borracho): Lynn y
Vanessa Redgrave (más hermanas); Diana Rigg (sin catsuit, maldita sea); Tom
Ripley (existe, yo lo vi); Nicolas Roeg (le ofrece instrucciones a James Fox
para su próximo personaje, James haciendo de Fox, en la primera película, de
Roeg, sin que haga falta pronunciar más que una palabra: drugs; "Te lo
dije... no me hiciste caso, vamos al baño", le insiste Litvinoff, que
vuelve a pasar por ahí); The Rolling Stones (sin Brian Jones); Ed Ruscha (uno
de mis pintores favoritos, uno de esos pintores que no parecen pintar otra cosa
que los momentos más irreales de la realidad: letras en lugar de nubes, el
cielo como lienzo); Ken Russell (uno de mis directores de cine menos
favoritos); Vidal Sassoon (que le responde a Roman Polanski, Oky-doky, le dice
que sí, va a cortarle el pelo a Mia Farrow, buena publicidad para todos); Telly
Savalas (todavía con algo de pelo); Gerald Scarfe (me dibujó, salí feo; me
explica que nadie sale hermoso en sus dibujos, que no es su estilo); Peter
Sellers ([...] y alguien se acerca a Sellers y le propone ser Hook para una
posible nueva versión de Peter Pan y Sellers contesta con voz rara, con una voz
que es y que no es la suya —pero que da igual porque "ya no recuerdo cuál
era mi verdadera voz"—, voz con una de sus muchas voces, que "no, no,
gracias"); Jean y Christie Shrimpton (otras hermanas); Frank Sinatra (no
estoy del todo seguro; en cualquier caso, alguien que era idéntico a Frank
Sinatra y que conversaba con aquel otro que era idéntico a los tamaños —large y
extra large— de Elvis Presley); Lord Snowdown (toma fotos, toma champagne, no
revela nada); Terry Southern (el único a quien lo único que parece importarle
es el destino del equipo inglés en la inminente final de la World Cup 1966);
Phil Spector (con revólver, a veces lo disparaba al aire, agujeros de bala en
el techo, en una armadura, en un oso polar y embalsamado que mi abuelo trajo de
una expedición); Terence Stamp (que no dejaba de mirarse en los espejos y los
espejos no dejan de mirarlo a él); Cat Stevens (ya te conté acerca de Cat
Stevens, Keiko Kai); Sharon Tate (su fantasma o, no estoy seguro de la fecha,
tal vez pocas noches antes de morir, pero ya despidiendo esa tan curiosa como
inconfundible fosforescencia que desprenden los cuerpos de los casi cadáveres);
Vince Taylor (está vestido con cuero negro y tiene la cabeza afeitada y,
mientras quema cientos de billetes de una libra, proclama a la concurrencia:
"El dinero es la raíz del mal y yo soy Mateo, el nuevo Jesús, el hijo
extraterrestre de Dios... ¡Rock and roll! Tengo un avión esperándonos a pocos
kilómetros de aquí y están todos invitados a volar conmigo hacia
Hollywood"); Twiggy (todo le hace reír); Kenneth Tynan (se ríe de todos);
Roger Vadim (todavía no se divorció de Catherine Deneuve pero Catherine Deneuve
ya vive con David Bailey: no problem); Verushka ("Yo también estoy en
Blow-Up"); Monica Vitti (nadie la soporta, en especial Joseph Losey y
Terence Stamp); Klaus Voorman (mostrando el original de su ilustración para la
portada de Revolver); Andy Warhol (quien dice "ah, oh, ah, oh,
ah..."); Evelyn Waugh (llega pensando que se trata de una fiesta de mis
abuelos, decide quedarse); The Who (vienen de tocar en Ready, Steady, Go!; los
vi en televisión, Pete rompió su guitarra y Keith rompió su batería y yo, para
no ser menos, esa misma noche, arrojé mi pequeño escritorio por la ventana).”
Desde la época beat, las culturas independientes se han ido formando bajo mentalidades mucho más definidas. Estas crean su propio estilo de vida, sus propios conceptos y concepciones del mundo. Por ejemplo, la cultura pop rediseña la vida, es decir, muestran las cosas como quieren mostrárselas al mundo y no necesariamente como son (pues lo que te define es cómo te muestras al mundo). Apoyándose en cosas ya existentes y dándoles otra función u otra perspectiva ajena a su funcionalidad o significación; los personajes pop utilizan elementos de la sociedad de consumo y los presentan en sus obras de forma irónica, dándoles más importancia de la que en realidad tienen. A comparación con la solución naturalista, comunitaria y utópica de los hippies, los pop se apoyaban en los defectos de la sociedad y los utilizaban a su favor, tomando el control de la cultura oficial, la cultura de consumo, en Inglaterra. Mientras que los hippies ignoraban y vivian en comunidades ajenas a lo artificial y consumista, los pop tomaban ventajas de estas características y las planteaban en forma lúdica, crítica e irónica para la creación de sus obras. De esta forma se jugaba con la intertextualidad pues tomaban elementos de la sociedad de consumo y les daba otro sentido.
ResponderEliminarCada contracultura se desarrollo en determinada época, aquellas cercanas entre sí. En el caso de los beats, desarrollado en los 50, estaba en contra de determinadas características de la sociedad de ese entonces; los hippies también lo estaban, pero a diferencia de los beat ellos intentaron cambiar al mundo y preferían estar en comunidad que solos en su espacio. Gracias a todas las situaciones ocurridas en esa época nació el pop.
ResponderEliminarEl pop, iniciado en Inglaterra para después expandirse, se inclinaba más a burlarse e ironizar las características de esa sociedad, quizá en cierto modo absurda para ellos, atrayendo así la atención del público y volviéndose un movimiento popular.
El pop tomó gran apogeo en 1960 en el arte, al cual llamaron pop-art. Personajes como Andy Warhol, Roy Lichtenstein, Richard Hamilton, David Hockney, George Segal y Claes Oldenburg son algunos de los artitas más destacados de dicho arte.
Cada contracultura con una ideología parecida, pero cada una llevando su pensamiento y actuando de una manera distinta, llegó a ser de impacto en gran parte del mundo; sobre todo el pop que hasta el día de hoy sigue instalado en nuestra cultura, siendo un movimiento globalizado.
FIORELLA CAJAS
20102183
Es interesante ver los 60´s a través de la cita, no solo para divertirnos con el elemento irónico presente en la redacción y los paréntesis que nos cuentan sobre todos estos personajes y sus actitudes (seguramente es entre paréntesis, que hallaremos las razones verdaderas de esta cita en el blog del curso). Sino también por la caracterización del sentimiento y el dinamismo de la época, que como una serie televisiva de la misma década, nos sugiere esa visión mundana, pero también de ficción que parece sobrenatural, sobre los actores de la época (como en una obra de teatro).
ResponderEliminarLos 60´s son una década de cambios muy fuertes, que van desde lo social a lo tecnológico, de lo político a lo religioso. Estamos hablando de una generación que adquiere nuevas preocupaciones respecto a su propio rol en estos temas, y como era de esperarse, el arte también se hace manifiesto, en ese deseo de entrar en la modernidad de la época comienza a jugar mucho con la propia naturaleza del arte en sí mismo. De ahí que el arte pop aparece como una de tantas otras propuestas.
¿Pero cuál es el vínculo de ese arte pop con la cultura pop? Estamos hablando de que esa cultura pop, ya sea en Inglaterra o en USA, abarca el mismo asunto, como el arte se vuelca a lo popular del momento. El interés en la música, el mundo del cine, los artistas del mismo, la moda, y todo lo popular es ineludiblemente una tendencia asociada a rescatar hacia el arte y enajenarse de la fuerte carga social de la época. Del mismo modo, como lo hicieron los hippies, con sus excesos que tenían esta carga social (pero eran infructuosos al fin y al cabo), del mismo modo los que propiciaron el nacimiento de la cultura pop fueron también los que se enajenaron, pero esta vez, con un mensaje efímero asociado a la naciente sociedad de consumo masificado y dotándola de una belleza en eso, lo artificial. Si el arte pop le rinde culto a la imagen de esta cotidianidad del mundo en serie y masificado, el exponente de la cultura pop rescata también la “belleza” que existe en estos “productos artificiales” que son los artistas de la música y el cine en los 60´s. Es imposible que no sea un fotógrafo quien registre la fauna pop de la década, la irreverencia implicada en una vestimenta de colores vibrantes, aparece inicialmente en estos artistas pop y es casi ineludible no tratar de legitimarla y retratarla para evadir otras cuestiones sociales más relevantes (nuevamente hablando de músicos y actores de cine, de las figuras públicas de la época).
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Cristina Frisancho Pinto
(…Continuación)
ResponderEliminarSiempre hay que tener en cuenta que los fenómenos sociales se dan en contextos donde las personas adoptan una reacción, pero no es esto sinónimo siempre de una reacción positiva. Imaginando el caso de la creación de esta mentalidad pop como una forma de protesta, que si lo analizamos en cuanto a su trascendencia social, podemos ver que ha dejado secuelas que solo facilitan la sociedad de consumo que inicialmente observaron, y algunos creen que criticaban. La cultura pop es sinónimo de algo que se ha ido transformando hacia su forma más banal y hueca. Probablemente partiendo de la idea de que las condiciones sociales que propiciaron su nacimiento, poco o nada representan hoy frente a las exigencias sociales de nuestra época ( y es así como debe ser, en la medida que la sociedad cambia), solo nos queda de hippies y pop, la anécdota.
Uno de los fenómenos más interesantes al interior de la formación de la cultura pop es la conformación social del público en la medida que se trataba de personas que antes estuvieron casi privadas del arte tradicional, el término pop alude obviamente a esa popularidad pero sobre todo al interés en jugar con el arte tradicional para colocarlo al mismo nivel que los productos de consumo de la generación de los 60´s. Es interesante que exista un juego lúdico con esa forma de ver el arte. Planteándoles que los productos de consumo, los que “ellos consumen” e incluyen totalmente a los músicos y actores de la época, que son algo más asociados a la belleza tradicional y en la época cambian a esas nuevas formas de “representación, que el arte moderno acuñaba con lo pop, lo minimalista o lo conceptual. Si se dice que aluden a una crítica a las formas sociales de control hay que tener en cuenta que estamos hablando de otro fenómeno, sobre todo cuando en realidad esta cultura pop se ha ido convirtiendo en una forma de control enajenante en sí misma, al menos desde la perspectiva actual. Y es muy interesante como se le muestra al público de esa época que una forma de reinventarse así mismo es el consumo de alguna sustancia alucinógena, quizás como los hippies que también planteaban el amor con sustancias de este tipo. De ese punto quizás su vigencia y su elemento contemporáneo (sí, hoy también podemos enajenarnos del mismo modo). Definitivamente el mundo pop es una cultura para el disfrute de la vista, de los sentidos, como tema social hay fenómenos distintos y es mejor no pensar que existe un interés expreso en criticar ningún tema social, no hay que confundir estos temas.
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Cristina Frisancho Pinto
(…Continuación)
ResponderEliminarEn todo caso debemos considerar la fortaleza del cambio de perspectiva en el interés temático que propone el arte pop sobre los temas del arte tradicional y su relación con el espectador de este arte (que abre la puerta también a una nueva clase de espectador “menos instruido en el arte”), como punto base de la influencia este arte pop, de igual modo la interrelación que propone desde esta década la obra de arte con su tema y concepto (lo que nos lleva al arte conceptual, poco después del auge del arte pop). No es extraño pensar que el artista contemporáneo tiene actualmente que lidiar con el “rollo conceptual” al interior de la obra que produce actualmente, por la influencia de ese pop en términos revolucionarios para entender el arte. Entonces, temáticamente y como a aproximación a las consideraciones que tememos sobre el arte, podemos ver la influencia pop. Más allá de eso solo hay anécdotas de drogas, formas anecdóticas o rediseños y moda. Como hay iguales a lo largo de toda la historia, sin ser estos una contribución real. Podemos ver en todos estos efectos un trasfondo social asociado a la igualdad de género, a las diferencias raciales, e incluso a las implicancias de la guerra, pero eso no está traducido en los colores, materiales o la ficción en la que esta generación se enajena. El arte pop es gráficamente genial, es uno de los que más investigan en los grafismos en el arte gráfico y en el valor conceptual, y no necesita tener un trasfondo social para significar u ostentar el valor que tienen en la historia del arte y en la historia del diseño.
De este modo se puede plantear también la influencia pop, partiendo de un punto de vista menos altruista, de donde se puede extraer ideas muy puntuales sobre la vigencia del movimiento pop y la naturaleza de su actualidad. Si algo que se puede ver en el estudio de estos movimientos culturales, es como están relacionados a su tiempo y es en este que están justificadas sus existencias, extrapolar sus valores a la actualidad, es justamente eso, extrapolar. Enrareciendo su matriz y hay siempre que tener cuidado con caer presos de la referencia y perder de vista la verdadera naturaleza.
Cristina Frisancho Pinto
20071804
La cultura pop fue una cultura que en los años 60’s se encargó de poner el arte de nuevo en lo alto. Tanto el cine, como la música, como el mismo arte plástico volvieron a la cima de la popularidad.
ResponderEliminarA su vez, esta cultura se encargo de sacarle provecho a las debilidades de la sociedad, entre ellas la sociedad de consumo. El pop se encargó de burlarse e ironizar a esta sociedad.
La cultura pop fue una cultura dedicada en gran parte a la fiesta. Rodrigo Fresán nos muestra a través de códigos de lectura y de saturación de páginas con datos de lo que sucede en Londres en los años 60’s. Su estética narrativa (el ritmo) nos da entender lo caótico del ambiente en las fiestas y la importancia que tenía lo social en los artistas, ya que como decía Fresán, no había lugar a donde se mirase donde no hubiera una imagen de los beatles o de alguna figura famosa.
Está claro que los años 60 dieron lugar a una auténtica revolución en muchos aspectos. No cabe duda que la cultura pop mostró un nuevo enfoque del arte, toda una novedad para su época. Todo comenzó como una crítica a la sociedad de consumo pero de acuerdo con el paso de los años, este se volvió mucho más libre y desenfadado, trascendió fronteras y varía de acuerdo a la cultura local de cada país. Es cierto que junto con esta expansión se exportaron valores culturales de los sitios donde se originó, pero también con el paso del tiempo fueron entremezclándose con valores locales, generando nuevos modos de expresar la cultura pop.
ResponderEliminarAsí también, tangamos en cuenta que esta cultura tuvo ciertas repercusiones a nivel social, pues fue una manera de acercar el arte a la gente ,como ya se mencionó antes, y a su vez este arte se volvió mas entendible y cercano a una público general, pues obviamente se basaba en valores estéticos claramente reconocibles. Este fue un proceso lento, pero actualmente podemos ver los resultados, ya que poco a poco el arte se vuelve más cercano al público masivo.
Fiorella Padilla 20095653
Es interesante ver como Rodrigo Fresán a través de su escrito nos da una idea de como se desarrolla el pop en Inglaterra, mencionando cada acción que realiza o añadiendo un comentario de las personas que se encuentran en una fiesta. Es un poco irónico y los pone en ridículo al mencionar cada cosa entre paréntesis. También se puede ver que son personas que crean su propia historia, su propio mundo con relación a todo lo que se vive; viven de algo mucho mas artificial.
ResponderEliminarCada movimiento va como una respuesta a lo que sucedía en su época, los años 60 son años de cambio en muchos sentidos, aquí vemos la respuesta a estos años con lo que es la cultura pop, tan llena de ironías y con su propia visión de como son las cosas, va contra todo lo que hasta el momento se veía en las bellas artes, re diseña totalmente el mundo a su manera con este estilo tan característico. En cuento a lo escrito por Rodrigo Fresán, vemos como este escrito es un poco una muestra de lo que es el pop, no es solo dibujos sino que con este escrito vemos un poco la ironía que utiliza al escribir y que es otro ámbito de lo que es la cultura pop.
ResponderEliminarEl pop, como han dicho mis compañeros, está lleno de ironía. Como todo movimiento, buscó decir algo de su contexto, y en el caso de ellos, manifestándose en forma de burla, critica parodia. Se va a burlar de TODO lo que tenga en su camino, pasando por la misma sociedad incluso del arte, que justo se había caracterizado con toda la onda de las vanguardias predecesoras del pop, como el dadá a ser algo propio de las elites, que no todos entendían si no solo los más cultos, junto con la idea de “todo” es arte . Es así que contradiciendo a sus predecesores, va a tomar elementos de la cultura popular para crear piezas, ponerlos a la disposición de todos, utilizando además medios, materiales y procesos fuera de lo común, constituyendo así una especie de rebelión en forma de parodia.
ResponderEliminarFresan, expresa los acontecimientos y la movida en Londres de los 60s. La forma y ritmo de sus relatos, pretende transmitirnos esta atmosfera de caos de las fiestas. Además destaca el rol de los artistas y la importancia de lo social en estos. El ambiente estaba saturado por imágenes de estos y señala como ejemplo el caso de los Beatles
Melissa Siles
20100422
En la cita se queda demostrado claramente las características del movimiento, con un tono humorístico y juguetón se va haciendo critica a todos los personajes de la época, convirtiéndolos en una forma de farándula, como una especie de tabloide o prensa de espectáculos a través de la cual podemos identificar y en entender a los personajes y a la época, éstos en la lectura representan a la sociedad, así con éste tono burlesco - light, se va haciendo una fuerte crítica a la misma.
ResponderEliminarme parece muy interesante el enfoque de mostrar a través de ésta cita el movimiento pop ya que siento que por su riqueza, a modo casi de chisme, grafica mejor el pop que si hubiéramos leído un texto que nos diga lo mismo.
Cecilia Alvarez Calderón
20094426
Citando del texto ““se cae por las escaleras, unas escaleras muy largas y, no me pregunten cómo, acaba de pie, sonriendo; le falta uno de sus dientes " (...) "Los restos del auto cayeron encima de un mecánico y le rompieron ambas piernas; más tarde, al ser exhibida como parte de una campaña de educación vial ".
ResponderEliminarEs sorprendente como el pop llega a tal extremo de ironizar incluso hasta los temas mucho mas serios ( como un accidente) pero no llega al punto de burlarse de las desgracias ajenas; en la actualidad a pesar de que no se ha desligado de su propósito original, vemos actualmente un pop mucho mas suave.
Jackelyn.Gutierrez
Es increible como el pop ha sido un movimiento tan importante desde hace muchos años, este siempre poniendo el concepto como algo primordial, dentro de su humor irónico y critico. Los colores y estética ayudan mucho, haciendo de este una cultura muy usada por las personas y para comunicar mensajes en masa.
ResponderEliminarCamila Montenegro Hidalgo
20095444
La ironia presente, el humor y la critica pop se desbordan en los 60 y con este escrito se revalidan o manifiestan sus "seudoideales".
ResponderEliminarLo pop al desbordarse dio pie a esta explosion de manifestaciones en las distintas formas de vida humana, los hombres y mujeres encontraron en el pop de los 60s un fundamento y un inicio de una nueva forma de pensar en conjunto a lo establecido.
La ironía esta muy marcada en cada momento del pop jugando con diferentes situaciones en las que no importa la seriedad del caso sino el hecho de captar la atención de cualquiera que sean las formas, entonces queda claro que el pop es un movimiento muy diferente a los otros que nacieron el los 60 y que por su particularidad resaltaron hasta nuestros días .
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